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En pleno corazón de la ciudad fue construida esta plaza de estilo neoclásico entre los años 1850-1859, siendo su aforo actual de 10.500 localidades. En 1896 se celebraban bailes hasta el anochecer y en el verano de 1905 su propietario, el Hospital, arrendó el coso a una empresa para celebrar espectáculos. La inauguración tuvo lugar el 23 de junio, en la celebración de la Verbena de San Juan, y al efecto se habían instalado alrededor del circo potentes focos de arco voltaico y sobre la puerta de arrastre fue colocado un lienzo con el proyector a unos metros para realizar proyecciones cinematográficas "con las mejores y más notables películas". En el centro del redondel se instalaron en alto otros tres potentes focos que daban una claridad suficiente para que el público "dude muchas veces si es de día". Así comenzó la andadura del cine en este coso. Con Evelio Gardeazábal de empresario, al inicio de la década siguiente se anunciaban miles de metros de película para pasar las noches de canícula a precios rompedores: sillas, 0,30 y graderío 0,15. En los años 20 prácticamente no se programa cine y en competencia con los teatros proliferan las compañías de zarzuela y ópera y también alguna reunión de cante flamenco, teatro valenciano, circos ambulantes y verbenas populares, éstas ya en menor medida. El fin de semana 7 y 8 de agosto de 1926 actuó el divo de los barítonos españoles, Marcos Redondo. El 03- 09-1929, antes de embarcar para América, fiesta andaluza por los reyes del fonógrafo Angelillo y Miguel Borrull. El 15 de junio de 1933 se inauguró la temporada de cine con la novedad del sonoro para lo cual se habían instalado grandes letras luminosas con la leyenda “CINE SONORO” en todo lo alto del exterior de la Plaza, anunciando en la prensa que se había adquirido el equipo sistema “Western Electric” con dos proyectores “Erko Cinaes”, y con el contrato de películas de riguroso estreno en Valencia. El día 25 programa atractivo; “Cimarrón” y “Tarzán de los monos”, más una revista sonora. “Cada día cambio de programa, haciendo honor a la Revolución Cinematográfica”, este era el lema de la empresa que programaría posteriormente “tres películas sensacionales”: “Sangre joven”, “Aventura Hípica” y “Chica bien”, que era el noveno film del genial actor Spencer Tracy. Y nos llama la atención un detalle curioso, en el doble sentido de la palabra; la publicidad proclamaba que el recinto de la plaza sería perfumado dos veces por sesión, algo necesario para ahuyentar el olor a toros y a caballos. El 12-07-1936, “Ópera Flamenca a cargo de “La Niña de la Puebla” con Luquitas de Marchena y la presentación de Juanito Valderrama. Durante el período de guerra civil el recinto sería utilizado como “cárcel del pueblo” retomando la actividad taurina y cinematográfica en el verano de 1939. Según nos dicen, en la década de los 50 también se desplegaría la pantalla para ver cine durante la época estival, así como seguirían los espectáculos como el “catch” que se puso de moda y perduraría en el tiempo. En los últimos años y patrocinados por el Museo Taurino de la Diputación de Valencia se han venido celebrando diversos ciclos de cine durante el mes de julio con pases a la plaza gratuitos y esmerado servicio de bar

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa