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La inauguración de este local podría datar de los años 1912-14 y por entonces tenía su entrada por la calle Sant Joan donde había un café-bar con un salón en el patio donde se construyó el cine mudo. A partir de los años 20 el edificio fue sometido a una serie de reformas y en 1925 ya había 1350 cines en España. El 17 de septiembre de 1926 el periódico "La Vanguardia" daba cuenta de la inauguración de la temporada en locales de Calella, Sala Mózart -Salom Cinema-, y Cine Áncora, indicando que este último había abierto sus puertas al público con algunas reformas, preparatorias de las que se proponía llevar a cabo su empresario y dueño del edificio don Manuel Masmitjá Murillo, a fin de dotar al local de suficiente capacidad y de toda clase de comodidades. Cuando estuvo totalmente terminado ya tenía la entrada por la calle Església y contaba con escenario para representaciones teatrales y de variedades y su interior estaba acabado en madera barnizada con 1400 plazas de aforo entre platea o patio, palcos laterales arriba y abajo, preferente y general, recibiendo la denominación Gran Teatro Cine Áncora. Las butacas eras cómodas y tapizadas en rojo, la inclinación del suelo idónea para una correcta visión, el techo estaba acabado con entre cruzados en forma de rombos y sobre el amplio escenario guardada por cortinas se adivinaba una espléndida pantalla panorámica. Debajo era el lugar elegido para los camerinos aunque el teatro nunca llegó a prodigarse.

Tenemos la suerte de haber podido hallar diversas fotografías de esta sala en la página de Facebook "Calella siglo XX" y otras subidas por Lambert Cussó y Ángel Vilallón comprobando el dicho "Una imagen vale más que mil palabras". La del edifico podría datar del año 1964 cuando se estrenó el film "La Conquista del Oeste". Recordamos la taquilla en mitad de la fachada y en su lado interior, donde se encontraba el Bar Áncora, la puerta principal que tenía una anchura de casi tres metros y salvo el margen izquierdo, por donde estaba el acceso, todo lo demás estaba tapado por una gran mampara de madera donde figuraban expuestos los carteles y fotos de las dos películas programadas, por regla general los martes y jueves, y cambio de programa para el sábado y domingo. Una vez sobrepasabas al portero ya te hallabas en plena sala de proyección pues ésta carecía de vestíbulo, por lo menos en la planta baja. Y puestos a recordar había una anomalía técnica que resultaba molesta por desidia de los operadores que comenzaban siempre la proyección con el objetivo desenfocado, teniendo que ajustarlo sobre la marcha mirando la pantalla.

En los años 60 este cine permanecía abierto en época de verano y a pesar del calor registraba muy buenas entradas, ya que Calella acogía a gran cantidad de gente venida de otras tierras para trabajar en la hostelería. La Sala Mózart solía tomarse vacaciones. Hacía finales de esta década se colocó un letrero en la fachada informando que el Áncora iba a ser demolido próximamente para construir sobre su solar un nuevo y suntuoso cine con los más modernos adelantos técnicos, como Todd-Ao. Su propietario seguía siendo el Sr. Masmitjá que ya estaba mayor (fallecería a comienzos del actual siglo a la edad de 97 años), quien más tarde desistiría de su idea inicial para llegar a un acuerdo con Lluis Arcadi, joven hijo del dueño de la Mózart, al que arrendó el Áncora que permanecería abierto hasta el 6 de enero de 1986 en que se despidió de su público, que hasta entonces le había sido fiel, con las películas "Oz, un mundo fantástico" y "Más fuerte muchachos". Al año siguiente el inmueble fue derruido para construir viviendas y locales comerciales.

Imágenes y textos aportados por Severiano Iglesias Tortosa.