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El Calatravas, primera sala de la ciudad dedicada exclusivamente al séptimo arte, sin espacio para las variedades, hecho revelador de la importancia que empezó a cobrar el celuloide en los años 40. Erigido sobre el solar del antiguo monasterio de las Calatravas de la calle Miranda, en una zona aún sin urbanizar por completo, el cine se inauguró en marzo de 1944, doce años después de iniciar los trámites. Sin duda, la crudeza de la Guerra Civil y de la posguerra condicionaron su nacimiento. Contaba con 746 butacas repartidas en dos plantas y echó el cierre en junio de 1985 tras la proyección de 'La conquista de la tierra perdida'. (Fuente: Burgos conecta. Gabriel de la Iglesia)

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa