Más imágenes

...El cine X Non-Plus-Ultra se abrió en Gran Vía 44, frente al palacio de la Diputación, hace ahora un siglo. Aparece registrado por primera vez en las secciones de espectáculos de los periódicos de época el 2 de enero de 1906. Se anunciaba como "Grandioso cinematógrafo parlante, absolutamente perfeccionado con todos los adelantos modernos. Único en Bilbao". Así debía ser efectivamente en el difícil arte de hacer "parlantes" a las películas mudas. La vida de esta sala no debió ser larga sucumbiendo a la invasión de otros cinematógrafos que llegaron de inmediato: el "Novelty" en la calle Ripa y el "Farrusini", aunque éste era una barraca desmontable. Nace el Gran Café Modelo: Entre las producciones extranjeras, el Salón Olimpia estrenó casi todos los cortometrajes que se rodaron en Bilbao por aquella época: Paseo de coches en la Gran Vía, Regatas en el Abra de Bilbao, Baile de niños en el Club Marítimo del Abra, etc. En mayo de 1906 se abrió anexa la Exposición Universal con un local denominado Gran Café Modelo. Pero el público bilbaino empezó a cansarse de los cortometrajes que se repetían una y otra vez. La programación cinematográfica dejó de interesar y con ella llegó la crisis. Salvó la situación la incorporación a la gerencia de Juan Álvarez, hombre que levantó el negocio con promociones extraordinarias. En 1912 y 1913 se llevó a cabo una reforma dividiendo el salón en dos contiguos: El primero, el mayor, tenía las localidades de espaldas a la Gran Vía y disponía de general, con bancos corridos, sin respaldo ni brazos separadores, y preferencia con bancos corridos también, pero éstos con respaldo. El segundo estaba en sentido contrario y tenía butacas de madera con respaldo, reposabrazos y asiento abatible. En el vestíbulo, muy coquetón por cierto, había colgados retratos de Rodolfo Valentino, Ramón Novarro, Greta Garbo, etc. Inicialmente el programa en ambos era el mismo, sólo que cambiaba el orden de los cortometrajes para que los dos proyectores pudieran funcionar al unísono. Ya en la época sonora cada sala tenía su propio largometraje. Cuna del cine bilbaíno: En 1924 se proyectó Un drama en Bilbao, La jura de la bandera en Bilbao, Semifinal entre el Athletic y el Real Madrid, Entrega de la bandera al regimiento Garellano y Edurne, modista bilbaina, todas ellas producciones locales de Hispania Films. Al año siguiente estrenó Atanasio en busca de novia y El mayorazgo de Basterretxe. Estos títulos formaron parte de una variadísima programación basada en películas por jornadas, de las que Los tambores de Fumanchú y La mano que aprieta fueron éxitos inenarrables. Vamos, la segunda se representaba "en vivo" y a diario en la oscuridad de la sala con gran algarabía de la clientela. El Olimpia de Juan Álvarez tuvo una programación variadísima a la que se accedía mediante bonos, entradas rebajadas en comercios de la Villa y todo tipo de argucias promocionales con las que se amasó lo que luego sería Trueba Sdad. Anónima de Espectáculos, la mayor empresa cinematográfica que ha tenido Bilbao. Ocaso y final: El 15 de enero de 1947, hace casi sesenta años por estas fechas, el Salón Olimpia tuvo sus últimas proyecciones. Para tal ocasión se preparó un programa especial con la película del Oeste El alguacil de la frontera y los complementos Paganini en Venecia, un drama musical y fantástico, y La moda en París en 1920. Los talleres de El Noticiero Universal prepararon unas tarjetas conmemorativas en las que se daba el "adiós" por derribo al popularísimo y venerable cinematógrafo. Al día siguiente la picota entró a saco en aquel pabellón que significó una de las primeras edificaciones del ensanche bilbaino. En el solar se levantó un edificio de oficinas, hoy propiedad de la BBK, y en la planta baja nació un nuevo cine, el Gran Vía. El nombre del Olimpia le sería dado a otra sala de la calle Iparraguirre esquina a Egaña que, como la anterior, nació y murió.

Texto de Alberto López Echevarrieta

Colaborador: Paco Moncho