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 Ubi9cado en la calle Jaume Piquet 7, entre Mayor de Sarria y Cornet y Mas, fue un pequeño cine nacido en la posguerra que sirvió para que durante unos años finalizada la guerra, pudiera ofrecer películas de reestreno a los habitantes de la zona de Sarria, para no tener que desplazarse fuera del barrio para visionar películas especialmente los fines de semana.
Su primer propietario fue, Pere Alsina i Castells, propietario también de otros cines de la zona (Galvany, Sprint, Iberia y Adriano), que aprovecho la situación, para ofrecer un medio de diversión en aquellos momentos, ya que por entonces no existía nada más que la radio y aprovecho el solar para que con una pequeña inversión y aprovechando el intercambio de películas entre cines de una empresa, poder abrir un nuevo negocio cinematográfico, antes que otro aprovechara aquella zona. Fue inaugurado el 26 de junio de 1939.
Posteriormente el cine cambio dos veces de propietario, con hombres vinculados al seté arte Benaiges y Xicota. En 1953, cerró sus puertas con el fin de añadirle un piso, para destinarlo a anfiteatro según un proyecto realizado por el arquitecto Jaume Contijoch Batlle, con lo que conseguía un aumento de espectadores. Fue inaugurado el 15 de septiembre de 1954 con un aforo de 386 localidades.
Dos personajes completamente diferentes comentaron en su día algo de la historia del cine, que si no fuera por ellos sería difícil poder comentar.
José Juan Bigas Luna, tras el estreno de su película Angustia, comentaba en una entrevista, al recordar su infancia:
Si no hubiera sido director de cine, habría sido pastelero. “De pequeño comía mucho y en el único sitio donde mi madre me tenía que dar la vuelta para que me comiera el bocadillo, estaba en el cine Bretón (que se encontraba en mi barrio de Sarriá). El cine me fascinaba mucho, como creo que fascina a todo el mundo. Creo que hacer cine es un privilegio. Yo me considero un narrador, un cuentista y el cine me sirve para hacer realidad lo que yo ficciono. Me gusta la imagen de un caracol con un pájaro mirándolo.
Otra persona, era Montserrat Sagué, quien tenía una tienda al lado del local y comentaba (Las películas venían del cine Adriano hacia el Breton y las traía un joven en bicicleta), cuando terminaba la proyección de la película en Adriano, el ciclista venía lo más rápido posible con los rollos hacia aquí, para que los descansos no fueran demasiado grandes y los espectadores no protestaran. El cine Bretón, cerró sus puertas en abril de 1972.
 
Texto obtenido, con todo nuestro reconocimiento y admiración, de la web. www.labarcelonadeantes.com
 

Colaborador: Paco Moncho