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El primer cine fijo y estable que existió en la ciudad fue el "Cine León", inaugurado en el año 1910. Se ubicaba en el edificio Botella, en el mismo centro de la ciudad. Una construcción del arquitecto Demetrio Ribes, a petición del empresario Hilario Botella, que se convirtió en todo un referente arquitectónico. Este edificio fue construido en 1906, tras derribar el llamado Teatro principal que ya estaba en 1882. El plan inicial previsto era albergar una fábrica de licores. Esta industria, que se extendía desde su cuna en Aielo de Malferit, iba a ser clave en la economía de la ciudad. El propietario se replanteó la situación, así que decidió proyectar otra sala de teatro y cinematógrafo, tanto con el apoyo del consistorio, como de algunos inversores. Asimismo, la sala fue utilizada para habituales reuniones. Aquí se reproducen diversos recortes de prensa sobre actividades e incidencias registradas en la misma. Si observamos el folleto de mano recuperado en Barcelona -único documento material conocido hasta la fecha sobre el cine León –veremos la variedad de la oferta de la programación de aquel día de Todos los Santos del año 1915. Como reza el particular flyer de la época había una actuación de las "Hermanas Coral" reconocidas canzonetistas (se denominaban así los artistas que cantaban canciones sobre un escenario). Como se aprecia en la fotografía eran dos hombres ataviados con un uniforme de marinero remo en mano. Se indica que es un espectáculo de transformación, que puede resultar curioso para la época, pero que tiene una explicación; las grandes figuras en aquellos tiempos eran mujeres, bailaoras o cupletistas así que algunos artistas masculinos si querían triunfar en este su arte no tuvieron más remedio a que "travestirse". El grueso de la programación corría a cargo del cine silente que ya estaba logrando desbancar al teatro en los gustos del público. Las proyecciones se iniciaban con el documental `La caza de la foca en el polo Norte`. Seguía el noticiario de la `Revista Pathé`, con información de actualidad. Sobre el escenario aparecía un hombre que contaba a los presentes lo que estaba ocurriendo, tanto en España como en el extranjero. Los propietarios de la productora Pathé, fueron también los impulsores del cinematógrafo por toda Europa, después de la compra de la patente a sus inventores; los hermanos Lumière. En aquel tiempo pocos eran los espectadores que desestimaban este acto y se iban fuera a tomar la copilla de licor o el café. Después llegaba el programa doble de películas mudas, de unos 35 minutos cada una. En esta ocasión se anunciaban: `El Abolengo`, en dos partes, y la cómica `Un encuentro inesperado`, así los espectadores se iban a casa con una sonrisa en la boca. (Felicitamos a nuestro amigo Javier Pérez Ferri por la publicación de: EL LIBRO DE LOS CINES Y DISCOTECAS DE XÁTIVA)

Texto aportado por Javier Pérez

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa