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Pinedo es una pedanía al sur de Valencia rodeada de huerta arrozales y mar. El 22-12-1931 y por encargo de Vicente Ramírez Ferrer el prestigioso arquitecto Mariano Peset presentó en la alcaldía de Valencia la documentación necesaria para la construcción de un cine y café en el Camino al Mar, 6, de dicha localidad, donde existía un solar de forma irregular presentando su dimensión máxima en la fachada y lindante con fincas propiedad del mismo dueño. El edificio, de 1865 m3, constaba de dos plantas; planta baja dividida en dos partes independientes para cine y café. El primero tenía acceso por una puerta de dos metros que daba a un vestíbulo que comunicaba con la sala de proyección mediante dos puertas de igual anchura. En esta antesala se hallaba instalada la taquilla y una de las escaleras que daban acceso a la naya. El café tenía acceso independiente desde la calle. A la planta primera se llegaba desde la escalera antes descrita donde estaban las gradas de general y otra que desembocaba en el salón del café. La cabina se situaba en el ángulo posterior de la naya. Respecto al aforo, la platea o patio de sillas tenía capacidad para 340 localidades y 317 la general, en total 657 plazas. El local tenía ventilación a través de las ventanas de la fachada y los tres huecos emplazados en la parte contraria. La iluminación era eléctrica, bajo plomo, con alumbrado supletorio de aceite en farales. Todos los materiales empleados, excepto la madera de mobila y cielo raso del salón, eran incombustibles. En los planos que se acompañaban se pueden apreciar los distintos departamentos, así como la ubicación exacta del local. Enfrente, en la esquina de la Carretera Saler-Valencia, se situaba entonces el cuartel de la Guardia Civil que años después desaparecería. La fecha de inauguración del cine data del mes de marzo de 1933 cuando la localidad tenía un censo de más de dos mil habitantes. Para averiguar más datos sobre el funcionamiento del mismo nos ponemos al habla con Vicente Ramírez, actual gerente de la Sala Canal de Pinedo, quien lamenta no poder aportar imágenes y tiene vagos recuerdos sobre el cine que fundó su abuelo y que luego pasó a manos de su padre y su tío. Las películas se alquilaban por lotes y para conseguir una buena había que tragar con nueve de relleno. En el local se hacían algunas representaciones falleras y bailes, para lo cual se quitaban las sillas de anea de la platea. Lo que guarda en su memoria nuestro comunicante es que él era muy niño cuando hacía gracietas y cantaba en el bar familiar que había a la entrada del cine y las gentes del lugar le echaban chavos; aquél fue el comienzo de su carrera como cantante que sigue hoy en la Sala Canal, habiendo grabado varios discos. Cerró en los primeros años 70 y su estructura, todavía hoy, se mantiene en pie en forma de taller de vehículos con fachada pintada en azul, pudiendo ser apreciado adosado a la gran casa familiar en las fotos de Google que se acompañan.

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa