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La empresa del Cinematógrafo Moderno (1905), segundo local fijo de la capital dedicado al nuevo invento después del de la Paz, expandió su negocio inaugurando el 9 de febrero de 1907 este nuevo salón en la calle de San Vicente, 123-125, frente al Convento de San Gregorio, con puertas de salida por la estrecha calle En Llop, que se convertiría en la época en el más grande y selecto de la ciudad incorporando las últimas novedades en estética y comodidad así como adelantos técnicos. Dotado de 700 butacas de aforo de las cuales 200 formaban el anfiteatro que tenía accesos separados de la platea. Dicen las crónicas que para asegurar rentabilidad, pues el asunto de los `cuadros en movimiento` no se sabía cómo iba a acabar, un año después inauguró escenario con la compañía de saineteros valencianos de Pascual Gregori, pero a partir de 1910 (ya con el nombre de CINE MODERNO) se dedicó sólo al cinematógrafo especializándose la empresa, regentada ahora por Blas Cortés, en exclusivista de la productora valenciana Casa Cuesta y otras importantes extranjeras, así como al alquiler de equipos técnicos, en Valencia y provincia, además de explotar otras salas en la capital. Otra sucursal del Cine Moderno ya había sido abierta en un bajo de la casona del Conde de Rótova en la calle de la Sangre, 15, esquina Plaza Castelar, en fecha 20-07-1907 hasta el 03-06-1910. La andadura de El Turia, despuén Moderno, de la calle San Vicente terminó a finales de abril de 1915, a sólo 6 meses de inaugurarse el Teatro Olympia en los solares del convento antes citado, y es que durante la Primera Guerra Mundial el incipiente sector del cine sufriría su primera gran crisis llegando, incluso, al desabastecimiento parcial de películas. ******************************************** (Del libro CINES OLVIDADOS, VALENCIA, PERIFERIA Y PEDANÍAS, autor Severiano Iglesias Tortosa, Editorial Sargantana, 2016)

Imágenes y texto de Severiano Iglesias

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa