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Este cine, como otros muchos locales, ocupaba el patio interior de una manzana teniendo su entrada principal por la Avenida del Cid, 12 y disponía de otra puerta trasera en la Avenida de Pérez Galdós, 37, por donde también existía taquilla y acceso. A unos 200 metros de aquí se situaba el Cine Savoy, que era su principal competidor, aunque no reunía las condiciones de comodidad que el Aliatar. También tenía otro cine próximo, el Castilla, en la Avenida del Cid, 132, pero éste cerraría en 1968. El Aliatar sería mi cine de cabecera y también de mi mujer desde que en 1972 arribamos a Valencia, estaba cerca de nuestro domicilio y allí pasábamos tardes enteras viendo películas de reestreno. Recuerdo una italiana que nos encantó, "Los Girasoles". Años después fuimos a ver un programa en el que se pasaba la película "Poltergeist" y nuestra pequeña hija Estela se asustó bastante por lo que tuvimos que abandonar la sala de forma precipitada. Cuando me pongo a confeccionar esta pequeña historia me encuentro con que no existen fotos sobre el mismo y hago mio el discurso que hacia el amigo "Mitchum" en el blog "Valencia Remember": "Es curioso como existen cientos de fotografías de iglesias, palacios, ayuntamientos, cuarteles, procesiones y hasta de tiendas o farmacias y tan pocas de cines. El cine era el divertimiento de los pobres. Era nuestra cultura popular y cercana. Era el lugar desde donde se podía viajar a exóticos y lejanos países sin moverse del barrio. Donde uno se podía enamorar de la actriz o actor de turno o de la chica o chico vecino de butaca. Donde se olvidaban las miserias cotidianas y todo resultaba más llevadero. En definitiva, cuando las vidas solían ser en blanco y negro, las gentes al salir del cine aparecían radiantes y en technicolor. Cómo puede ser posible que el cine que nos ha dado tanto, le hayamos pagado demoliendo sus salas. Como puede ser posible que no hayamos ni siquiera fotografiado una parte tan importante de nuestras vidas." Pues he tenido que hacer yo mismo mis propias fotos del lugar, pero con la desventaja de que el cine hace ya casi tres décadas que desapareció para convertirse en un bingo, aunque el local sigue conservando la misma estructura. Se puede apreciar su puerta principal con hall de entrada donde se situaban las taquillas y carteleras protegidas por la amplia y perfilada marquesina que exhibía a su alrededor el rótulo que era similar al que ahora tiene. Entramos por el espacioso y largo vestíbulo con bar subiendo las escalinatas con el fin de dar suficiente altura para el necesario declive de la sala de proyecciones de una sola planta a donde se entraba a través de cinco puertas situadas en la parte derecha. Dicha estancia era grande, moderna y acogedora capaz de albergar 1500 cómodas butacas y pantalla alargada dispuesta para reflejar el sistema "Panavisión" protegida por una plegada cortina aterciopelada. El Aliatar abrió sus puertas el 11 de noviembre de 1963 y en vísperas de Navidad proyectaba el programa doble, "La Esclava de Roma" y "Cualquier día en cualquier esquina" al precio de 10 pesetas la entrada y 16 los festivos, nada menos que un 60% de subida. A partir de 1971 ofrecería a sus muchos espectadores programa triple y seguiría con esta propuesta hasta su cierre en fecha 09-01-1984, cuando ya el vídeo domestico había hecho estragos. He oído por ahí comentarios de que, antes de convertirse en Bingo, el local sería adaptado para dar representaciones de varietés a especie de sala de fiestas, como lo hacía la vecina Sala Lady's. La verdad es que no he encontrado documentación al respecto.

Texto de Severiano Iglesias Tortosa.

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa