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Las atarazanas, ubicadas al final de la margen izquierda de la Avenida del Puerto de Valencia, fueron hace siglos los astilleros donde se construían y reparaban barcos. En 1849 el estado vendió las cinco grandes naves a particulares siendo uno de estos Enrique Illueca empresario metalúrgico que adquirió tres de ellas para montar sus industrias. En 1913 la segunda la acondicionó debidamente para que funcionara como teatro con unas 400 plazas. Dos años más tarde, y en vista de que el cine se estaba haciendo con el mercado del espectáculo, fue reconvertida en cinematógrafo. Reproducimos folleto de mano de la película sonora proyectada el 16-11-1931, "Luces de Buenos Aires", por Carlos Gardel (Biblioteca Val. Nicolau Primitiu), también reseña del programa doble ofrecido en septiembre de 1937, en sesión continua desde las 4,30 a las 24,00 horas con los films "El Tunante" y "Rebelde", por Shirley Temple, ésta en español. Su andadura llegó hasta el año 1937 en que tuvo que cerrar pues los continuos bombardeos que venía padeciendo el Grao retraían muy mucho al personal. En una de las fotos podemos ver como dos niños observan la cartelera y en otra el local ya en estado de abandono. Según los técnicos esta nave sufriría graves daños por el uso dado comenzando por la fachada que fue desfigurada hasta ocultar el arco matriz y levantar sobre él un muro decorado al estilo de la época. Se perforaron los arcos de diafragma para hacer un corredor que comunicara los palcos que se empotraron en los muros, dañando a su vez los arcos transversales cegados. La parte final donde estaba el escenario hizo mucho daño al muro que la albergaba. En 1949 las atarazanas fueron declaradas Monumento Histórico-Artístico y en 1980 el Ayuntamiento de la capital adquirió la titularidad de las mismas procediendo a rehabilitarlas debidamente. fueron hace siglos los astilleros valencianos donde se construían y reparaban barcos. En 1849 el estado vendió las cinco grandes naves a particulares siendo uno de estos Enrique Illueca empresario metalúrgico que adquirió tres de ellas para montar sus industrias. En 1913 la segunda la acondicionó debidamente para que funcionara como teatro con unas 400 plazas. Dos años más tarde, y en vista de que el cine se estaba haciendo con el mercado del espectáculo, fue reconvertida en cinematógrafo llegando su andadura hasta el comienzo de 1938, año de la guerra incivil. En una de las fotos podemos ver como dos niños observan la cartelera y en otra el local ya en estado de abandono. Según los técnicos esta nave sufriría graves daños por el uso dado comenzando por la fachada que fue desfigurada hasta ocultar el arco matriz y levantar sobre él un muro decorado al estilo de la época. Se perforaron los arcos de diafragma para hacer un corredor que comunicara los palcos que se empotraron en los muros, dañando a su vez los arcos transversales cegados. La parte final donde estaba el escenario hizo mucho daño al muro que la albergaba. En 1949 las atarazanas fueron declaradas Monumento Histórico-Artístico y en 1980 el Ayuntamiento de la capital adquirió la titularidad de las mismas procediendo a rehabilitarlas debidamente.

Texto de Severiano Iglesias Tortosa.

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa