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Tal como puede verse en la fotografía aérea este rústico inmueble se construyó próximo al despoblado tramo final del entonces llamado El Lejío, luego Paseo del Dr. Vigueras, a los pocos años de inaugurarse el Teatro Principal, pudiendo datar de la primera o segunda década del siglo XX, siendo su propietario José Ramón Garrido Ibáñez. Según fotografías de 2013 ocuparía las casas números 32-34 y 36. Su interior estaba estructurado por escenario con camerinos, pantalla mediana, patio de butacas y al fondo la general separada por un pasillo y barandilla subiendo en rampa a base de escalones de madera desde un metro del suelo hasta cerca del techo que estaba rematado por enlucido de yeso. En la margen derecha de la grada estaba instalada la cabina de proyección donde se levantaba un proyector que era una reliquia y que antes de colocarle un motor tenía que ser accionarlo a base de manivela. El aforo era de unas 300 personas. Se aprovecharon los amplios sótanos del cine para ubicar en ellos un sequero de piñas. En tiempos de la guerra incivil el local sería intervenido por el Frente Popular y los más viejos del lugar todavía recuerdan una actuación memorable de los famosos artistas "La Niña de la Puebla" y "Canalejas de Puerto Real". Hacia finales de los años 40 lo cogería en arrendamiento José Ramón Garrido Campayo (ningún parentesco con el primero), empresario del Teatro Cine Principal, quien ayudado por su familia seguiría programando películas seleccionadas al gusto del público. Las sesiones se solían dar los jueves, sábados y domingos, además de las fiestas de guardar. A finales de los 50 el cine ya se había quedado obsoleto y requería una importante inversión para ser reformado, así que su dueño optó por el cierre del local y venderlo para construir viviendas. No obstante permaneció cerrado durante algunos años y uno de los hijos del ex arrendatario, Francisco José Garrido Montalvo, recuerda como él y otros niños lograban entrar de forma furtiva y entre otros enseres se hallaba al lado del escenario un hermoso piano. Este local todavía es recordado por muchos sileños, lástima que no hayamos podido encontrar fotos.

Imágenes y textos aportados por Severiano Iglesias.