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En la calle Familia Marín Martínez, 22, todavía se encuentra el edificio de este teatro cine que ahora ejerce como garaje. Sacamos fotos de la fachada y desmantelado interior y su gran pantalla y las grandes placas decoradas que cubren la techumbre (traídas desde Valencia), delatan su pasado glorioso. En la casa de al lado, que data de 1901, vive el hijo del antiguo propietario, Andrés Garrido Olivares, conocido por el segundo apellido de su padre, José Ramón Garrido Campayo, fallecido en 1979. Tiene alguna dificultad para recordar fechas exactas y dice carecer de fotos, pero amablemente relata que cuando él nació en 1921 el teatro ya existía desde años antes. Fue mandado construir por Genaro López, terrateniente perteneciente a una familia ilustre de la comarca quien se lo arrendaría al padre del comunicante a coste cero, terminando por vendérselo por un precio simbólico. Al principio ofrecía sólo teatro y en tiempos del cine mudo su padre alquilaba el proyector y las películas a sus colegas Soria y Francisco Durán que regentaban el Cine Principal de La Puerta de Segura. Hacia mitad de los años 30 el arte escénico estaba en retirada y fue entonces cuando el estrecho y coqueto local se potenció como cine sonoro con gran éxito de público. La decoración interior era toda de madera noble y disponía de unas 280 plazas de aforo, estando estructurado en torno a un limitado escenario con 12 filas de butacas de 10 unidades y pasillo en medio; al fondo, en alto, se alzaba una pequeña platea, donde se situaba la cabina de proyección; a los lados, 5 palcos con 5 sillas cada uno, y por encima la general con unas 60 localidades donde los más rebeldes pateaban las tablas con estruendo ante los cortes que se producían durante la proyección, según hemos leído en algún foro. Éstos eran los mismos que porfiaban ante la taquilla atendida por Agustina para ser los primeros en sacar la entrada. Frente al local estaba situado el Cuartel de la Benemérita y por deferencia del empresario los funcionarios no pagaban entrada. Había también abonados fijos que sacaban un pase anual. Don Andrés recuerda diversas compañías que recalaban en el local, entre ellas la del "Teatro Enguídanos"; "Baldomero", cómico valenciano y sus varietés, o la de la actriz "Sala Pastrono". Muchas películas venían de Valencia (Ver más detalles en cine de verano) y fue allí donde adquirió un flamante proyector marca Supersond aprendiendo a practicar, como buen operador, el "empalme en marcha" para no parar la proyección en el cambio de bobinas. En 1962 se llevó a efecto la reestructuración del viejo Teatro Principal al que le sería añadida la mitad de la mansión familiar colindante, quedando un espléndido cine compuesto por un cómodo patio de butacas de 550 plazas. Más tarde, la competencia del vecino Cine San Roque terminaría perjudicando gravemente la andadura de ambos locales en un momento en que la crisis generalizada del sector ya se dejaba sentir. Cerró sus puertas en 1980.

Imágenes y textos aportados por Severiano Iglesias.