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Entre los crimenes urbanísticos perpetrados en la Sevilla de los años 60-70, destacamos de entre otros muchos el derribo del Teatro San Fernando. El teatro monumental que tuvimos en el mismísimo corazón de la ciudad, en la calle Tetuán desde mediados del siglo XIX, desapareció para siempre dentro de un doloroso y lento proceso que comenzó a finales de los años 60 para después permanecer en un absoluto abandono durante más de una década. Veamos su historia.

 La calle Tetuán ofrecía aún la escena pintoresca de los vehículos pasando, cosa esta que acabó a partir de los 90. Sin embargo, el San Fernando fue una pérdida irreparable para la ciudad que jamás se pudo restañar.
 
La dilatadísima historia del Teatro San Fernando comenzó en 1847, tras la utilización del solar que ocupó el Hospital del Espíritu Santo -que estuvo dedicado al tratamiento de la sífilis-, por parte de Julián José Sánchez y José de Caso. Los arquitectos fueron Steinacher y Rohault, los ingenieros que habían construido el "Puente de Hierro". La decoración del teatro corrió a cargo de Antonio Cabral Bejarano, mientras que Antonio Paradas se encargó de la carpintería.
 
En la primavera de 1847 terminaron las obras del teatro. Pero pronto corrieron fuertes rumores acerca de la hipotética defectuosa construcción del edificio. Ante aquellas circunstancias, el regidor José Mª de Ibarra afrontó las pruebas de resistencia del teatro, ordenando la colocación de numerosos cañones trasladados desde la Maestranza: se rellenó el patio, el escenario y las plantas del local, sumándose un peso superior mil veces al lleno del recinto. Durante tres días duró aquella prueba, dejando satisfechos a todos.
 
Según apuntaba Santiago Montoto, "el teatro costó dos millones de reales, aprovechándose materiales del viejo hospital, tales como columnas, artesonados y demás maderas, así como un centenar de columnas. En ocasiones, con tal de acelerar las obras, llegaron a trabajar hasta doscientos trabajadores día y noche".
 
"El teatro dispuso de un aforo de 3.000 personas sentadas, además de una zona dedicada a los huéspedes que podía albergar una compañía teatral completa. La sala de espectáculos fue la más suntuosa de España, contando con una enorme lucerna central de 150 luces."
 
"La sala tenía, además del patio de butacas, de un piso con plateas, y dos de palcos. El teatro estaba decorado de blanco con adornos de oro. Los asientos eran de caoba, tapizados con terciopelo carmesí, como el cortinaje."
 
Tanto el Teatro San Fernando como el café de Lombardos (conocido de esa forma por dar esquina a la antigua calle de ese nombre, actual Muñoz Olivé, se estrenaron el 21 de diciembre de 1847, representándose la ópera de Verdi "I Lombardi".
 
Muy pronto, el San Fernando se convirtió en la principal sala sevillana dedicada al menester teatral, superando al Teatro Principal del Marqués de Guadalcázar, por lo que no era de extrañar que el edificio de la calle Colcheros (antiguo nombre de Tetuán) se erigiera como el segundo teatro más importante de España en paralelo al Real, de Madrid.
 
Gran parte de la sociedad del romanticismo sevillano se dio cita en el San Fernando: los duques de Montpensier, la Condesa de Castilleja de Guzmán, el Marqués de la Motilla o la mismísima Isabel II se llegaron a dar cita en los palcos del teatro.
 
En aquellos tiempos se disfrutaron de los dramas de José de Zorrilla, los cuadros de costumbres de los Álvarez Quintero, Muñoz Seca, Arniches; las comedias de Bretón de los Herreros o de Ventura de la Vega. Interpretándose, por supuesto, obras también dramáticas de Echegaray, Joaquín Dicenta, Victor Hugo, Gabriel D´Annunzio, Pérez Galdós, Ibsen o Marquina. También vaudevilles, mas la "alta comedia" con Benavente, Bernard Shaw, Pemán, Valle Inclán, Pirandello, Luca de Tena, los Machado....todo un siglo de la mejor dramaturgia en el mismísimo centro de nuestra ciudad.
 
En parte de los años 20 el teatro cerró de manera temporal permaneciendo abandonado debido principalmente al deterioro de su decoración, aunque a partir de 1934 fue reparado, incluyendo nueva iluminación eléctrica entre otros retoques, así como también nuevas salidas a Tetuán y Muñoz Olivé. Concretamente, el 11 de abril de 1934, el teatro vivió su reapertura. Los hermanos Álvarez Quintero compusieron para este momento el poema "salutación a Sevilla", representándose seguidamente su también quinteriana comedia "lo que hablan las mujeres".
 
Precisamente, en aquella década de los 30, el Teatro San Fernando comenzó sus proyecciones sonoras (novedad en la época), muy rentable económicamente, teniendo en cuenta la competencia que se originaba con las salas Duque, Exposición, Portela y Cervantes. El 22 de abril de 1934 se procedió a inaugurar el cine sonoro con la cinta "Yo, tú y ella".
 
                                                                                           
 
 
Durante la Guerra Civil se formó en el San Fernando la compañía de Juan Calvo, debutando el 10 de diciembre de 1936 con una obra de Muñoz Seca. En febrero de 1937 a dicha agrupación se sumó la artista Concha Catalá. El 27 de marzo de aquel año debutó la compañía de Carmen Díaz, la cual contaba con figuras como Rafael Bardem o Luis Prendes. En 1938 se alcanzó la mayor densidad de obras en la última etapa del teatro (1935 hasta su cierre , en 1969), actuando compañías como la de la Agrupación Teatral Imperio, la de Francisco Arias y Eladio Cuevas, con su zarzuela "los brillantes", representada cincuenta veces, así como la "Compañía Nacional de Zarzuela", entre otras.
 
Desde 1939 hasta 1969 el folklore se impone: Marujita Díaz, Marifé de Triana, Estrellita Castro,  Juanita Reina, Paquita Rico o Concha Piquer entre otras, actúan en esos treinta años de los que a partir de 1956, el teatro pasa a ser adquirido por la empresa Lusarreta. Pese a que el 11 de agosto de 1969 se celebró en el coliseo el Primer Festival de Arte Flamenco de Sevilla, terribles enemigos como el cine, la televisión y las nuevas salas de baile de entonces (las "booites"), colaboraron para acabar con la vida del San Fernando, que vio como la especulación urbanística acechaba sin piedad.
 
En 1973, tras una dejadez total, las piquetas municipales acabaron con el abandonado teatro. No se movió un dedo en conservar aquel espléndido y monumental coliseo neobarroco. Inclusive, hasta sus cuadros, al parecer pasaron a San Lorenzo del Escorial. Según la Delegación Municipal de Urbanismo, el derribo del Teatro San Fernando se enmarcó dentro de una operación inmobiliaria conocida como "Centro Comercial San Fernando". La empresa FIMSA, integrada a su vez en URBIS adquirió el solar del teatro y varios edificios anejos. Hasta ahí la primera parte de lo que fue una trama especuladora que a toda costa rápidamente se hizo con ese bocado apetecible que se llama parte de la calle Tetuán. Lo de la actual C & A ya lo saben: allí es donde estuvieron el San Fernando y el Bazar Sevillano. Todo ello, bajo la aquiescencia de aquellos dos alcaldes cuyos nombres y apellidos siempre estarán ligados al crimen urbanístico realizado en la Sevilla de los años 60 y parte de los 70: José Hernández Díaz (Catedrático de Hª del Arte) y Félix Moreno de la Cova.
 
 

Con nuestro total reconocimiento y gratitud al Blog: http://sevillaperdida.blogspot.com/

Colaborador: Paco Moncho