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Según nos cuenta Lola Ariño de la Asunción, en su blog: http://callejeroalgosentimental.blogspot.com/

Al terminar la escuela a los catorce años empecé a trabajar de taquillera en el CINE MARVI. Al principio me gustó la idea,  aunque me di cuenta de que tenía mucha responsabilidad pues al cerrar la taquilla tenía que cuadrar entradas vendidas con dinero y cambio.

   Aunque era muy cría aprendí pronto y todo era perfecto. Me gustaba oír como me hablaba la gente desde fuera de la ventanilla.

   Lo que peor llevaba era que como los domingos las entradas eran numeradas me pasaba todo el fin de semana metida en la taquilla y no podía salir con mis amigas, pero  poco a poco me acostumbré y termino gustándome.

  Los dueños del cine (el señor Vicente y la señora Encarna) eran muy amables y se portaban muy bien conmigo.

  Los porteros (señor Micalet, señor Vicente y señor Masianent) eran fantásticos y me cuidaban muy bien.

   Al cerrar la taquilla (eran las once de la noche) si mi abuelo no podía venir a recogerme uno de ellos me acompañaba hasta la esquina de mi casa, nunca dejaron que me fuera sola aunque vivía muy cerca del cine.

  Fueron tres o cuatro años muy felices para mí y me ha gustado recordarlos. Aunque no queda ninguno de ellos sus caras no se me han olvidado.

El antiguo CINE MARVI se encontraba en la calle VALENCIA nº 2, donde hoy se encuentra la CASA DELS PEIXOS.

Colaborador: Paco Moncho