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Este cine adquirió el nombre del punto más elevado de la Sierra de Alta Coloma o Lucena (1696 m) en la comarca de los Montes Orientales de Granada. La ruta desde Montejícar que pasa por Fuente Cabra dista unos 6 km. Respecto al local era de una planta con ventanas en alto y fue construido a base de hormigón en Avenida de Guadahortuna, 9, junto al río del mismo nombre, por entonces inicio del casco urbano; enfrente, poco más arriba, se hallaba el lavadero público y detrás el silo para el grano, lo que es ahora Hogar del Pensionista. Su inauguración podría datar del año 1950, cuando el pueblo alcanzó la mayor cota de habitantes, 4611, y los espectadores tenían que llevar sus propias sillas para estar sentados. Más tarde el propietario, Jacinto Molina, instaló unas incómodas sillas de anea sujetas entre si formando hileras. El patio o platea tendría un aforo de 470 localidades.

Señalar que el cinematógrafo fue presentado en Francia por los Hermanos Lumiere en diciembre de 1895, extendiéndose por todo el orbe. A Madrid llegó el 14 de mayo de 1896 y en la España de los años 20 el cine mudo ya había desbancado al teatro, pero hubo que esperar hasta los inicios de 1930 para la llegada del cine sonoro que en los años 40 ya arrasaba en la mayoría de ciudades. Una década despues en Montejícar el invento fue acogido con entusiasmo, ya que entonces no existía otro divertimento y la palabra ocio se desconocía; el sábado era un día laborable más, los mayores trabajaban en el campo y los niños íbamos a la escuela y el llamado fin de semana `a la inglesa` todavía tardaría en imponerse a las costumbres ancestrales de este país. El domingo, día festivo, había que asearse bien y ponerse las mejores ropas. Por su parte, Don Juan el cura "pasaba lista" en misa de diez. Más tarde los bares se llenaban de gente para el tapeo: El Rinconcillo, Bizarro, Kiko, Alberto, Milombres, etc., y algunos clientes aguantaban hasta las tantas bebiendo y jugándose el dinero al Julepe. Más de uno saldría trasquilado con este juego de naipes. Hay que decir que en el pueblo no existía despacho alguno de loterías, cupón ONCE o quinielas. A lo sumo, de vez en cuando venía de fuera un señor llamado Marcos que vendía lotería con recargo. Los niños estábamos encantados con el día festivo ya que por entonces no existían los deberes escolares para hacer en casa. Por su parte las amas de casa se relajaban algo y empleaban su tiempo para preparar alguna comida especial; por ejemplo migas con torreznos. Después hacían punto, ganchillo y hasta encaje de bolillos mientras escuchaban la radio. Aquí el fútbol federado todavía no había llegado y a lo sumo se podía organizar algún partido amistoso entre aficionados del pueblo o contra otro aquipo de población cercana. El escenario entonces eran las Eras Altas que no reunía condiciones para ello. Y con suerte en día festivo podía surgir algún baile amenizado por músicos aficionados como el "Chato Pura" y Juan de Dios, violinistas; "Felipe el de Elvira", guitarra y "El Cuco", laud. Lo fuerte llegaría en las fiestas de agosto.

La llegada del cinema revolucionó los domingos y fiestas de guardar y eran familias enteras las que se agolpaban ante la taquilla para ver la sesión que, creo recordar, había de tarde y noche. Me dijeron que el operador de cabina era un señor que trabajaba en la fábrica de harinas, sin más datos. En otro tiempo sería Juan Cámara. Referente a porteros o empleados conocía de vista a un señor que vivía al final de la calle Los Leones de apodo "Parralero". Más tarde entró en la empresa un cuñado de éste de nombre Pepe y apodo "Campeante". Existía sólo un proyector al que había que cambiar las bobinas por lo que se hacían necesarios un par de descansos. Debajo de la cabina cierta vez encontré un trozo de celuloide de película de 35 mm. que contenía varios fotogramas; aquéllo fue todo un hallazgo para mi. Las películas se alquilaban a una distribuidora de la capital y eran seleccionadas por catálogo según precio y día. Un lunes costaba la mitad que el domingo. Los rollos (4-5, según metraje) se introducían en una saca especial, junto con el NO-DO y algún trailer, y se enviaban al pueblo en la alsina. Parece que estoy viendo el vestíbulo del cine lleno de carteles y el llamativo forrado del local con fibra de vinilo para evitar resonancias. Como ésta materia no estaba protegida, si te caía encima picaba lo suyo. Delante de la pantalla, rectangular y redondeada por los picos, había un pequeño escenario, sin más tramoya, para actuaciones de artistas. Recuerdo una gala del coplero "Paco de Montefrío". Antes de la proyección la megafonía emitía valses como `El Danubio Azul`, cuando no el celebrado tema `Eugenia de Montijo` y otros clásicos.

Se apagaban las luces y lo primero que se proyectaba era el NO-DO que era como una especie de "Telediario" donde siempre salía el dictador Franco. Este Noticiario Documental sería obligatorio hasta enero de 1976; luego venía la película. Las más programadas eran las españolas, sobre todo clásicas y musicales del sello `CIFESA`, también mexicanas que estaban de moda y eran baratas de alquilar, y las `americanas`, que así se conocía a las rodadas en Hollywood, y de éstas las policíacas y de vaqueros. Y qué decir de aquéllos dramones italianos que tanto hacían sufrir a la concurrencia. Todas eran anunciadas antes en las carteleras que se colgaban en la plaza del pueblo (véase foto); primero fue en la esquina de la calle que va a la Iglesia, después en una ventana de la casa del propietario, y más tarde en la esquina que daba a la calle del cine.

Respecto al logotipo de `CIFESA` y su sintonía de presentación, que tanto me gustaba escuchar, en 1972, cuando fijé mi residencia en Valencia, descubrí que la imagen representaba la torre del Miguelete y la música era extraida de la obertura del himno regional valenciano. `El Beso de la Muerte`, película de cine negro, sería de las primeras en ser programada y de la única que conseguí folleto de mano que tuve colgado mucho tiempo en la cámara de mi casa. Algunas, como esta, eran para mayores y la censura oficial y eclesiástica nos prohibía entrar a los niños y jóvenes. Recuerdo otras autorizadas: `Nobleza Baturra`, en la que actuaba el admirado Miguel Ligero, con una graciosa secuencia en la que iba montado en un burro por la vía mientras el tren venía por detrás silbando a toda pastilla y él decía: `¡Chufla, chufla, que como no te apartes tú...!` Y en `Morena Clara`, con Lola Flores y Fernando Fernán Gómez como el fiscal, éste le preguntaba a `Regalito` (Ligero) por sus apellidos contestando así: `Señoría, solo tengo uno; es que soy muy `probe`. Con `Corona de Espinas`, película descarnada sobre la pasión de Cristo, con tres años supe lo que era llorar en el cine. En los años 60 llegarían películas de Joselito, Marisol y Sara Montiel.

A mis padres, Severiano ("Cañete") y Dolores ("de Cayetano"), les gustaba mucho asistir al cine. Los galanes preferidos de mi madre eran Jorge Mistral, que quedaba muy bien de bandolero en `La Duquesa de Benamejí` y otro sería el cantor Jorge Negrete con su bonito film `Allá en el Rancho Grande`. Por su parte, mi padre opinaba que el actor Manuel Luna `trabajaba` muy bien, sobre todo cuando hacía de malo. Tenían la tienda más grande y surtida de Montejícar y sus contornos, sita en calle Santa Ana, 9, frente al pilar abrevadero, y no me resisto a hacer una relación de algunas existencias o mercancías a la venta: además de comestibles y ultramarinos había tripas y especias para la matanza, artículos para labores del campo, bicicletas Orbea, aparatos de radio (Telefunken, Askar, Inter, Iberia), relojes Cauny, juguetes, colonias, calzado de goma, licores de Bodegas Espinosa, vinos de Bodegas Brotons, miel de caña Ntra. Sra. del Carmen, de Frigiliana (un camión entero), productos de navidad... hasta ataúdes, sí; (yo me metía dentro) pues también era la funeraria del pueblo, vamos, un establecimiento avanzado al estilo "Corte Inglés". La tienda cerró al finalizar 1956 por traslado a Jaén.

A mis 8 años salir del pueblo fue duro para mí, ya que dejaba a un montón de primos, primas y amigos con los que jugaba. Y un recuerdo para mis vecinos los hermanos Benito, Anica, Antonio, Magdalena y padres, una familia como hubo pocas que no dejó descendencia. En los próximos años volvería siempre que pude y como no existía la carretera de Arbuniel al pueblo, junto a mi hermana Estrella nos trasladaban en coche a Domingo Pérez, de donde era nuestra abuela materna (Estrella), y más tarde subíamos a la alsina que venía de Granada y tenía su base en Montejícar. Esta línea de transporte de viajeros la fundó mi abuelo, Cayetano Tortosa Cárdenas (Montejícar 1892 - Jaén 1960), a mediados de los años 20 y estaba compuesta por dos vehículos marcas Reo y Studebaker. Además poseía un coche descapotable de esta misma marca y un camión. Todo esto le sería requisado durante la guerra incivil y después encarcelado durante 7 años. Su delito?, ser presidente del partido Acción Republicana, de Manuel Azaña, y ayudar en todo lo que pudo a sus convecinos.

El pueblo pudo tener un cine de verano; fue en 1957 siendo el promotor Jacinto Tortosa Orihuela, a la sazón tío mío, e iba a estar situado frente al cine Alta Coloma, lindando con el río. Yo lo vi construir y ya tenía parte de la grada de general terminada cuando tuvo que abortarse el proyecto por denuncia del dueño del otro cine alegando que el sonido podría interferir a su local. Según dicen, por aquella época dicho recinto cerrado no funcionaba durante el verano.

El éxodo para abandonar el habitat rural ya se había iniciado. Recuerdo que en 1955 varias familias se marcharon del pueblo para trasladarse "al Pon", así llamaban al Pont de Suert, un pueblo de Lérida donde se iba a construir un pantano. La emigración continuó a ciudades como Jaén, Granada, Almería, Elche, Puertollano, Barcelona, Lérida, Tarragona, Palma de Mallorca... Al inicio de 1960 derivó a paises como Alemania, Francia o Suiza. La recesión se lograría mitigar bastantes años después por la implantación de olivar y esto contribuiría a estabilizar el censo. En 2023 Montejícar conta con una población de 2039 habitantes.

El cine "Alta Coloma" tuvo que cerrar avanzados los años 70, pudo ser en 1977, cuando ya en todas las casas había televisión... (en el 72 comenzó a emitirse en color). Desde entonces el vetusto edificio que fuera fábrica de sueños para muchos montejiqueños siguió en pie en estado de abandono.

Pasados los años, y con bastantes experiencias acumuladas, volví a pasear por el pueblo y me encantó ver bandadas de estorninos volando por las calles. Esto es imposible de presenciar en las grandes urbes. Y tiempo después también me alegré cuando supe que pasados cuarenta años Montejícar volvía a contar con un local para actuaciones. Según leo fue en fecha 07-12-2017, "Día de la Constitución" y con la presencia del presidente de la Diputación de Granada, cuando se inauguró la "Casa de la Cultura" en la Avd. Guadahortuna, 17, cien metros más allá de donde estuvo el cine. El nuevo edificio cuenta con un amplio salón prerarado para representar obras de teatro y otros eventos... ah, y también proyecta cine.

Por otra parte, en fecha 27-01-2023, desde el ayuntamiento se anunciaba la adquisición del viejo edificio del Cinema Alta Coloma por 60.000€, con la intención de dedicarlo a cumplimentar el área de servicios, se decía. Meses después el inmueble fue derruido y en su solar se construyó un espléndido aparcamiento que podemos ver en fotografías adjuntas.

Colaborador: Texto e ilustraciones: Severiano Iglesias Tortosa