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Con la llegada a Mengíbar de don Santiago Colomer Sandoval, en 1956, el cine va a cambiar en la localidad. Se queda con el cine "España", al ser la casa ahora de su propiedad, y sigue proyectando películas. Pero tiene planes más ambiciosos, quiere dotar a Mengíbar de mejores salas, por lo que pronto proyecta la construcción de una nueva sala de invierno y otra de verano, ambas en la casa recién adquirida. La primera sería construida en lo que fue fábrica de aceite y la segunda en un gran patio, recibiendo las dos el nombre de "Capitol", quizá tratando de rememorar uno de los mejores cines de Madrid. Efectivamente, el nuevo cine "Capitol" de invierno es inaugurado el 2 de octubre de 1958. Constituyó una gran novedad, pues, entre otras contaba con cómodas butacas de madera y dos modernas máquinas de proyección, marca Ossa, que evitaban los tan incómodos cortes de las máquinas antiguas. Adosado al cine construyó un bar moderno y espacioso, también llamado `Capitol`, por lo que en los entreactos el público no tenía que salir a la calle para tomar un refresco. Igualmente construye el cine de verano, también llamado "Capitol", un local amplio, que tenía la entrada por la calle Real, más abajo que el de invierno, junto al supermercado "masymas", dotándole también de butacas metálicas y modernas máquinas de proyección. Entre los operadores de esta empresa, hemos de citar a Fidel Sánchez Campos, Eufrasio Pérez y José Martínez Checa. Pero la novedad del nuevo empresario consistió en traer a Mengíbar las mejores películas que se estrenaban en España en aquellos momentos, por lo que el público se entusiasmó y aficionó al cine, resultando difícil poder conseguir entradas para los domingos y días de fiesta, formándose largas colas para entrar, teniendo que poner orden la Guardia Civil o la Guardia Municipal. En 1961, los precios de las entradas oscilaban desde 1 a 7 pesetas. En 1963, los precios eran de 5 pesetas los días laborables, y 7 pesetas los domingos y festivos, y el Ayuntamiento se vio en la necesidad de ordenar a los empresarios que se abstuvieran de colocar sillas supletorias en los pasillos de los cines. (Más información en el Blog `El Cinematógrafo en Mengibar`, de Sebastián Barahona Vallecillo).

Imágenes y textos aportados por Severiano Iglesias.