El Salón Actualidades, que abrió sus puertas en 1908 en la calle Rebolloso, esquina con la entonces Alameda de Esparto, hoy avenida de Juan Carlos I. Aquel empresario pionero era Ramón Martínez Ortigoza, un conocido comerciante. Sus hijos continuaron con el negocio los primeros quince años en que permaneció abierto este salón. El local no era un barracón, como los hasta entonces habituales cuando llegaban a la ciudad cinematógrafos ambulantes. Al parecer, este Salón Actualidades era un edificio de obra, cerrado, posiblemente techado con una lona, lo que obligaba a suspender la función cuando llovía con cierta intensidad. Según explican Juan Francisco Cerón y Jesús Martínez, en una publicación con motivo de la Primavera Cinematográfica, el local disponía de 11 plateas en los laterales, 288 butacas de patio, 60 localidades en anfiteatro, donde estaba ubicada la cabina de proyección, y 200 en general o paraíso. Al fondo, sobre un escenario abierto, estaba la pantalla. A lo largo de los casi 30 años que mantuvo sus actividad este Salón, se hicieron importantes mejoras en el mismo, prueba de que el interés de los ciudadanos por el cinematógrafo era creciente. Sin embargo, no se dedicaba sólo de cine, sino que ofrecía otro tipo de espectáculos. Poco a poco se va imponiendo el cine, aunque la crisis de los años 20 incidió negativamente en la marcha de los negocios de exhibición y espectáculos. Son los años de las series, películas de enorme metraje que se dividían en episodios. Como curiosidad cabe reseñar la película ‘Los jinetes rojos’, que comenzó a proyectarse el 25 de agosto y terminó el 20 de septiembre del mismo año; u otras que se proyectaban en 18 capítulos. Las películas americanas pronto se impusieron y se daba la circunstancia de que, como la mayoría de los espectadores no sabían leer, los rótulos explicativos que figuraban en las películas, puesto que todavía era tiempo del cine mudo, eran leídos en voz alta por aquellos que sí sabían con cierto confusionismo. En el 1923 se instaló un techo fijo en el Salón y se mejoraron de la instalación, y al año siguiente, la orquesta que amenizaba las películas, con el piano como instrumento principal, se incrementó en el número de músicos, y se instalaron ventiladores para suavizar el enorme calor durante el verano. Y el cine sonoro llegó a Lorca en el año 1931. La primera proyección, en el Teatro Guerra, se produjo en agosto de 1931, mientras que el Salón Actualidades retrasó su implantación a octubre de ese mismo año. El Guerra adquirió mayor protagonismo y poco a poco acabó con la competencia del Salón y, en el verano de 1936 sólo funcionaba un cine, el Lorca Park, local de verano en la plaza de Colón.

Imágenes y texto obtenidos de la web: http://cosasdelorca.com/

Colaborador: Paco Moncho