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El primer cinema de esta ciudad podría ser el Espinós, ya desaparecido. El Central Cinema es uno de los edificios con más encanto del centro histórico de Xàbia. Presidiendo la plaza Segarra Llamas, su fachada ornada de piedra tosca sigue manteniendo el rótulo, la taquilla cerrada con madera y las tres ventanas alineadas. El edificio que alberga el Central Cinema fue originariamente un almacén de almendras. La familia Ortuño se fijó en este local que por aquel entonces llevaba ya algunos años vacío y decidió comprarlo para abrir lo que sería el segundo cine del pueblo con aforo de 647 butacas entre platea y terraza. El mes de abril de 1955 el Central Cinema inauguró con la proyección de la película `El mayor espectáculo del mundo`, de Cecil B. DeMille, a la que seguirían otras de estreno como `Cuando ruge la marabunta`, `Superman`, `La guerra de las Galaxias`, etc., etc., hasta terminar programando películas clasificadas `S`. Las sesiones solían ser los jueves, sábados y domingos. También ejerció como teatro y fueron muchos los artistas célebres que pasaron por su escenario: Zorí-Santos, Quique Camoiras, Pedro Osinaga, Andrés Pajares, Bigote Arrocez, Victoria Vera, Juanito Valderrama y Dolores Abril, Antonio Molina, Juanita Reina, José Guardiola, Antonio Machín..., pero la apoteosis llegaría con Manolo Escobar y sus guitarras en que el local se colapsó y hubo gente de pie hasta en los pasillos. También llegó a albergar durante años el primer Cine Club de Xàbia siendo la piedra de toque el film `El séptimo sello`, de Bergman. En 1990, y tras 35 años de andadura, apagó las luces, pero hasta 1996 su escenario continuó reuniendo a la gente en festivales infantiles, representaciones teatrales y sainetes, presentaciones de fiestas e incluso conciertos de música. En 1998, y tras años de negociaciones con la familia Ortuño, el Ayuntamiento de Xàbia compró este emblemático edificio de 1.447 metros cuadrados. De forma lamentable ha continuado cerrado y utilizado como almacén municipal durante estos últimos 14 años, pese al clamor de los vecinos. Lo último que se sabe al respecto es que el Ayuntamiento pretende recuperar el local como espacio público para ofrecer cine en todas sus modalidades, teatro, escuela de cine-teatro, salón de baile, conciertos y otros eventos, para lo cual en 2012 pidió ayuda económica a la Diputación, ya que las arcas municipales tuvieron que desembolsar 55 millones de pesetas por el cine en junio del año 2000. Lástima que haya pasado tanto tiempo y el deterioro se ha ido acrecentando, pero al menos han ahorrado en mantenimiento del proyector Ossa, que tan bien manejaba Francisco en su pequeña cabina, pues de todas formas ahora tendrán que adquirir uno nuevo digital.

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa