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En 1942 ya existía proyecto de construcción de este cine por parte de un particular en el solar de su propiedad, calle Navas de Tolosa, pero no llegó a realizarse por falta de financiación. Que el negocio de los cines era fructífero era un hecho, ya que una década después, de nuevo la empresa Norysur sería la encargada de plasmar este proyecto, ahora en propiedad. Se produjeron ligeros retoques, en especial en la fachada chapada en mármol. El espléndido local disponía de una superficie de 983 m2 y una capacidad de 619 butacas de patio y 530 de anfiteatro, total 1149 localidades.

En un Jaén de 64.982 habitantes y cuando España contaba ya con 4.450 cines permanentes, en fecha 12 de diciembre de 1953 se inauguró el Lis Palace que se convertiría en el más confortable y moderno de los cuatro cines permanentes que tendría la capital, con amplios vestíbulos a la entrada y primer piso y butacas de lo más cómodo. Y un dato; era el único que contaba con instalación de aire acondicionado. Sólo presentaba una deficiencia importante; la pantalla era cuadrada cuando ese mismo año ya se estaba proyectando en CinemaScope en los EE.UU., así que el error tuvo que ser corregido en 1955 instalándose otra apaisada y doblemente protegida por cortina y visillo (Veánse fotografías). Para el debut se programó la película "Un Americano en París", aunque el primer gran impacto lo obtendría el 25 de marzo de 1955 con "Marcelino Pan y Vino". El 11 de octubre de 1956, en una gala promovida por la Asociación de la Prensa, se produciría el estreno en España de "Roberto el Diablo", película rodada íntegramente en Jaén, Cambil y Huelma, y el 6 de enero de 1960 se estrenó "Don José, Pepe y Pepito" con la asistencia de los principales intérpretes y otros famosos que por la mañana habían intervenido en la "Operación Escoba" consistente en barrer el dinero que los jiennenses arrojaban al suelo de la Plaza de Santa María destinado a la construcción de viviendas del Patronato Santo Rostro. El 23 de mayo de 1962 en otra función benéfica de Norysur se estrenó, a las 20,30, la película «No dispares contra mí» con la asistencia del principal protagonista, el jiennense Angel Aranda. A comienzos de 1965 habría otro homenaje, éste institucional, con el estreno de la película "Franco ese hombre".

El Lis Palace estrenó las películas que hicieron época: 9-3-61, "Los Diez Mandamientos", 220 minutos en dos pases: 6 y 10. El operador de cabina Andrés Rivas comenta que "desde el mes de abril hasta junio se programó también función por la mañana. Debió de ser la primera película que duró más en cartelera en Jaén. Recuerdo que las luces de la sala se encendían de menor a mayor intensidad gracias a unos condensadores variables. Unas placas metálicas que se introducían en una solución salina." En enero de 1962 llegaría "Lo que el Viento se llevó", sesiones 6 y 9,45. Y el 19-3-64 "Ben-Hur", pases 5 y 8,30. Todos los estrenos del Lis pasaban después al Darymelia, de la misma empresa.

Sus 30 años de andadura estarían jalonados de éxitos, menos la incursión de alguna cosa rara que nos iba llegando desde fuera como tuve la experiencia de descubrir cuando en España desde 1957 ya estaban regulados los cine clubs. En 1961 "El año pasado en Marienbad" era anunciada como fascinante película que había sido premiada en varios certámenes. Pues bien, aquello fue insufrible y a duras penas aguanté sentado en la butaca para ver el desenlace. Miren si era rarita la cinta que ni siquiera en el mercado del coleccionismo existe cartel o programa de mano de la misma -"argumento", que se decía en Jaén-, lo único que he podido encontrar es un pasquín que la distribuidora se vio obligada a editar -lo reproducimos aquí- advirtiendo al espectador de lo que se iba a encontrar si tenía memoles de acceder a la sala. Por lo visto no fui yo solo el único desencantado por este rollo macabeo. A partir de aquel día la crítica cinematográfica siempre la he contemplado con las debidas reservas.

El Lis Palace, así como el Cervantes y Darymelia, serían los precursores del día del espectador, en versión femenina, con sus sesiones especiales a base de filmes de segundo o tercer reestreno los martes, miércoles o jueves "fémina" que siempre contaban con un público fiel. Los fines de semana o fechas señaladas esta expectación se veía incrementada siendo difícil hacerse con una entrada. Y si nos referimos a los estrenos del domingo de resurrección resultaba aún más complicado y había que sacar éstas por adelantado, como recomendaba siempre la empresa. Después de prácticamente una semana sin cine, sin música y con una TV todavía incipiente el ocio en la ciudad quedaba reducido a los bares, al clásico partido de fútbol cada 15 días y a algún espectáculo taurino, muy de tarde en tarde. Con el tiempo el clérigo abriría la mano y sólo cerrarían los cines los jueves y viernes santo. La programación de los cines de la capital fue tacaña y frustrante para el público. Aquí no existió el programa doble o la sesión continua; proyección de una sola película en tres sesiones, 6-8 y 10,30 y los domingos infantil a las 4. La gente hacía cola para entrar y la empresa obtenía pingues beneficios.

Recogemos fotos del interior del Lis Palace con la cabina de proyección en todo lo alto del piso superior. En ella estuve varias veces en 1960, pues Fernando, que era uno de los operadores, hasta las 17,30 h. que no entraba al cine daba clases de conducción teniendo su sede en la "Academia Santo Rostro". No concebía, y con razón, que un operario técnico que precisaba de una preparación y carné profesional para proyectar películas cobrara lo mismo que un acomodador que, además, se sacaba un extra con las propinas.

En los años 80 la consabida crisis del sector motivada por el vídeo casero y el auge inmobiliario hicieron que las cotas de asistencia al cine, en general, cayeran en picado. El Lis Palace llegó a aislar el piso superior, incluso se barajó la posibilidad de dividir el local en tres salas pequeñas. Finalmente se optó por cerrar y lo hizo al terminar las sesiones del lunes 28 de Febrero de 1983. En la cartelera podemos ver algunas de las películas programadas.
El edificio sería derruido ese mismo año y en su lugar sería levantado un gran bloque de viviendas con pasaje comercial incluido que lleva el nombre del cine. No deja de ser un detalle

Imágenes y textos aportados por Severiano Iglesias Tortosa.