CASAS IBÁÑEZ (Albacete) - TEATRO Y CINE ABC

Según recogió el historiador José Manuel Almendros en el programa festivo de Casas Ibáñez de 2014, desde marzo de 1914, este local compaginó las representaciones teatrales y musicales con proyecciones de cine mudo, con una acogida sobresaliente por parte del público ibañés, aunque todo parece indicar que su promotor, Andrés López Ródenas, no pidió el alta hasta 12 años después, en 1926.

El local disponía de 475 butacas, costando 0,30 céntimos la entrada de palco y 0,20 céntimos en general. El cine fue construido sobre gruesos muros de carga con suelos y techos de estructura de madera formada por grandes vigas, según recordaba César Luis Descalzo, histórico trabajador del ABC también en el programa de Feria y Fiestas de Casas Ibáñez de 2014. "En la planta baja estaba el patio de butacas, si es que así se podían calificar a aquellos incómodos asientos de tablas corridas, eso sí, separados por apoyabrazos", explicaba César Luis Descalzo, que hacía las funciones de proyeccionista, y si se terciaba, de taquillero. En cuanto al gallinero, ofrecía una serie de bancos sin respaldo, ni separación, "si te cansabas de estar tieso, podías apoyar la espalda en las rodillas del que estaba sentado detrás".

El proyector de la sala llegó con el cine mudo hace 110 años, pero se adaptó a las películas parlantes con la incorporación de una cédula fotoeléctrica para registrar el sonido y, todo ello, en una cabina en la que el riesgo era constante: su techo consistía en un entramado de vigas de madera, combustible para un celuloide altamente inflamable que amenazaba muy seriamente no sólo a quien proyectaba esas copias viejas y picadas, sino también al público.

Pero además del ABC, con el tiempo, al espectáculo de las imágenes en movimiento se sumó el Liceo Ibañés, o al menos, de esta manera lo certifica el Boletín Oficial de la Mutua de la Defensa Cinematográfica Española en su número 24 de 1924, editado en Barcelona, y correspondiente a los meses de junio a agosto. En esa publicación, junto con el Teatro y Cine ABC, se habla del Cine Liceo, de Virginio Pérez, por lo que se entiende que, junto con la actividad cotidiana de este establecimiento -conferencias, zarzuelas, operetas…-, se incorporaron las proyecciones cinematográficas. De hecho, hasta el inicio de la Guerra Civil, la revista Arte y Cinematografía incluye al ABC y al Liceo como cines de Casas Ibáñez.

Finalizada la contienda nacional, el Boletín de la Sociedad General Española de Empresarios de Espectáculos, en su número de julio de 1939, daba de baja -y así lo publicaba en un listado- al "cinema ABC", cuyo empresario era "Samuel López Cuenca". Y es que para entonces era ya una sala con muchos achaques, lo que llevó a la Junta Consultiva e Inspectora de Espectáculos Públicos a exigir a los propietarios la realización de una serie de operaciones de urgencia. Y en ese momento, según José Manuel Almendros, otro emprendedor, el abogado José Jara Peralta, movió ficha y solicitó a finales de 1949 autorización al Consistorio para construir un nuevo cine, que iba a llevar por nombre María Victoria. Fue una tramitación excesivamente veloz, ya que apenas 20 días después, el nuevo cinematógrafo estaba terminado y el 4 de enero, el promotor solicitó licencia de apertura.

La cuestión no pasó desapercibida en Casas Ibáñez y más allá y, de hecho, fue motivo de comentario. Los propietarios del ABC quisieron reparar las deficiencias, pero debieron de ser tantos los problemas o quizá fueron los contactos del nuevo empresario cinematográfico, pero el caso es que el Gobierno Civil desestimó la petición de la familia López, y la sala echó el cierre en 1954.

Fuente: https://www.cuentosdecine.es/ José Fidel López

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa