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Plaza del Comercio 4, situado en el barrio de San Andrés, fue uno de esos cines que entran en la historia del cine por el solo hecho de haber proyectado películas durante un cierto tiempo de su existencia, fue inaugurado en los bajos de la antigua casa Vidal, como cine Alhambra a principios de la década de 1920, su propietario, nunca tuvo un interés por el arte cinematográfico, sólo una forma de intentar sacar beneficio del local, en tiempos en que la cinematografía estaba en auge.
Como su interés no era la cinematografía no puso gran empeño en presentar un local confortable y en condiciones, con una capacidad de 800 espectadores, lo que le provoco muchos problemas con la administración, por no cumplir con las mínimas condiciones de seguridad, sanidad y comodidad , motivo por el que decidió alquilar el local en el Ateneo Democrático Republicano, (justo al lado del Ateneo Andresense), que en noviembre de 1931, ofrecía una conferencia en el barrio, por parte de Duran y Guardia, secretario de la Federación de Cooperativas de Cataluña, y teniente de alcalde del Ayuntamiento, sobre la supresión del asalariado por el cooperativismo de producción.

En 1934, totalmente reformado volvió a abrir como cine Atlántida, programado por la empresa CINAES. Tenía una platea con 5 puertas, la central (más ancha) en el centro, de entrada al patio de butacas y las otras cuatro en ambos lados como puertas de servicio para una salida rápida al final de las sesiones, tenía un anfiteatro, al que se subía a través de dos escaleras y un pasillo a modo de vestíbulo, que unía las dos escaleras. Poseía unos servicios escasos para su capacidad, el de caballeros con 9 urinarios y dos WC y el de señoras con 2 WC y un aseo, lo que le ocasiono los primeros problemas con los inspectores municipales, también las deficiencias observadas en su interior le obligaron a realizar una serie de cambios estructurales en la sala.
El miércoles 3 de abril de 1935, estreno la opereta “El estudiante mendigo” y el drama “Madre querida”. Los problemas con la administración hicieron tener serios enfrentamientos entre la empresa CINAES y los propietarios del cine, que provocaron la suspensión de la colaboración entre ambos.
En 1945, se hizo cargo de la programación hasta su fallecimiento, el 31 de agosto de 1977, Vicente Brotons, convirtiéndolo en cine de reestreno. Cada año cuando se realizaba la inspección anual reglamentaria se descubrían nuevos motivos de confrontación ya que una vez pasaba la inspección se realizaban cambios sin permiso, que en la siguiente inspección eran detectados por los inspectores.
La inspección que sufrió el 9 de febrero de 1974, supuso un golpe definitivo para el cine, se habían instalado filas de butacas que no se habían anclado, el pasillo central se había estrechado, puertas de emergencia cerradas con candados, fallo en el mantenimiento de extintores y luces de emergencia, la mala gestión de las hermanas María y Concepción Brotons, hicieron que fuera clausurado en mayo de 1978.

 

Texto obtenido, con todo nuestro agradecimiento y consideración, de la web: http://labarcelonadeantes.com/atlantida.html

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Colaborador: Paco Moncho