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Un 15 de noviembre de 1941 abrió sus puertas, en Avilés, el cine Florida. Y en igual día y mes, pero de 1957 lo hizo el cine Ráfaga…

         En Avilés y el año de 1941 aún se reparaban los estropicios causados por la recién terminada Guerra Civil. Me refiero a los destrozos físicos, que los morales mala reparación tuvieron e incluso algunos aún perduran.
            El caso más llamativo de edificio arruinado era el del Ayuntamiento sobre el que había caído una bomba a las 10 de la mañana del 1 de octubre de 1937, justo en el centro del edificio, destruyendo el interior sin causar víctimas y quedando en pie la fachada. Avilés había permanecido fiel al poder legal de la República y sufrió cuatro bombardeos de la aviación franquista. Corto y cambio.
            En aquel 1941, con el que comenzaba, la ciudad tenía 18.037 habitantes que trataban de recuperar la normalidad en medio de la resaca posbélica.

El San Fernando en su etapa fundacional.

            No eran buenos tiempos pero surgieron cosas, por ejemplo el Colegio San Fernando, que tanta importancia tendría en generaciones posteriores de avilesinos y que se ubicó en la mansión privada –palmera incluida– que Cayetano Prada tenía en el barrio de La Magdalena. El 30 de octubre, su promotor y director el sacerdote Víctor Pérez García–Alvera, abrió las puertas del nuevo centro iniciando el curso 50 alumnos de Preparatoria e Ingreso, 34 de Bachillerato y 17 de Comercio.
            También se puso en marcha, el 24 de agosto y en una de las plantas del espectacular edificio en su día construido para Gran Hotel frente al parque del Muelle, una subdelegación del Centro Asturiano de La Habana, entidad de ocio, organizadora de actos festivos y algunos culturales.
            Pero lo que festejó mucho el personal fue el estreno de una sala dedicada exclusivamente a la exhibición de películas como fue el cine Florida. El Teatro Palacio Valdés y el Pabellón Iris (en la calle de La Cámara), ofrecían espectáculos variados entre ellos el cinematográfico, pero no estaban al día en las continuas novedades técnicas que se producían en este campo.
            Diseñado por los arquitectos Somolinos Hermanos y para el empresario Braulio Iglesias Moyano, el nuevo cine se construyó en la calle de La Cámara (frente a uno de los costados de la Iglesia Nueva de Sabugo) y se inauguró –entradas a tres pesetas– con la proyección de la película alemana (no olvidemos que por esa fecha tenía lugar, por así decir, la segunda Guerra Mundial) ‘Un baile en la ópera’, el 15 de noviembre de 1941.
            Y, dando un considerable salto en el tiempo, en otro 15 de noviembre, pero del año 1957, fue inaugurado en Avilés otro cine: el Ráfaga. Debía su nombre al de su promo­tor, Rafael García, fabricante de camisas. Ubicado en La Rocica, a un paso de Villalegre, contaba con 716 butacas y la primera película que proyectó fue ‘La familia Trapp’, también alemana, lo que son las cosas. Pero pronto se especializó en sonados estrenos hollywoodienses como ‘Los diez mandamientos’, ‘Ben-Hur’, etc., a los que acudían los avilesinos que vivían en el centro, primero en tranvía y luego en autobús, cuando no dando un largo paseo. Había mucho demanda –no existía la TV– y no bastaba, con los cines céntricos que en aquel 1957 ya había en Avilés: Florida, Marta y María, Clarín y Palacio Valdés.
            Habían pasado 16 años de un cine (Florida) a otro (Ráfaga), y Avilés había dado un vuelco espectacular en todos los sentidos ya que, en ese interregno, había sido la ciudad elegida para instalar industrias del vidrio, aluminio y sobre todo una gigantesca factoría de acero. Fue un pistón que reventó todos los corsés de la histórica villa, que hervía en todos los sentidos y por todas las esquinas.
            El Ráfaga era un cine con mucho aforo, como entonces requería una ciudad con una población que rondaba los 40.ooo habitantes. Un aumento desmadrado respecto a los 18.000 de 1941. Una simple resta dice que el aumento, en 16 años, fue de 22.000 personas. Una barbaridad reventadora de estadísticas, una historia de calambres sociales.
            Y en aquel año 1957 el protagonismo lo tuvo la inauguración del primer Horno Alto –por el entonces Jefe del Estado, general Franco– de ENSIDESA la mayor factoría siderúrgica de España y con el tiempo una de las más importantes de Europa.

Franco, a la derecha, atiende a explicaciones del ingeniero Amalio Hidalgo. Al fondo, con gafas claras, el alcalde avilesino Eduardo Fernández Guerra.

            También fue el año que entró en servicio la línea del FEVE Avilés–Pravia. Y en el espléndido poblado construido por ENSIDESA en Llaranes se inauguró un colegio de niños que todavía hoy da gusto verlo, aunque el fetén es el de las niñas, un modelo de arquitectura aplicada al didactismo cosa fina.
            Y si ejemplar fue el poblado de Llaranes desastroso fue el de La Luz, construido entre este año de 1957 y 1962, por el industrial y luego banquero Domingo López Alonso. Un conjunto de 2.056 viviendas, en la ladera noroeste del monte de La Luz en Villalegre, que fue publicitado como el colmo de la modernidad europea y resultó ser un poblado sin apenas servicios y con viviendas carentes de calidad y pequeñas. Lo que se dice un pufo en toda regla.
            No terminaría el año sin abrir otro cine más: el Patagonia, en el barrio de Miranda a finales de 1957, y hoy en el candelero pues estando protegido como Patrimonio Cultural por el Principado de Asturias, al Ayuntamiento avilesino se le fue la gloria por la memoria y autorizó su derribo. La escandalera montada está en los juzgados.
            Y también fue en 1957 cuando se pusieron las bases de lo que hoy es la actual Unión Europea y cuando la [hoy difunta] URSS puso en órbita el primer satélite artificial del mundo de nombre ‘Sputnik’.
            El Florida y el Ráfaga están unidos por un 15 de noviembre, festividad religiosa del sabio Alberto Magno, de distintos años en los que soplaron ráfagas floridas de historias.

Texto obtenido, con todo n uestro respeto y admiración) del artículo del Blog: https://blogs.elcomercio.es/episodios-avilesinos/2015/11/15/una-rafaga-florida/

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Según el anuario del cine español 1955-56, el ampresario era D. Braulio Iglesias Moyano, su aforo era de 727 localidades, funcionaba diariamente y su apertura la datan en Noviembre 1941.

Colaborador: Paco Moncho