ALMERIA - CINE KATIUSKA
He aquí un cine muy peculiar que en 2018 todavia seguía en pie en la calle General Luque, 58. Se trata de un edificio abandonado al que le han crecido chumberas en su tejado y que cualquier día se vendrá abajo. El Katiuska nació en tiempos de la República y fiel a su nombre siempre tuvo una clara inclinación soviética. En la ciudad le llamaban el cine rojo. En fecha 11-7-2016, La Voz de Almeria ofrecía un reportaje sobre el mismo en el que el historiador Antonio Sevillano recordaba su inauguración, el 4 de mayo de 1936, con la película, sonora y hablada en español, Rayo de Sol. Hacía doble sesión de tarde-noche y una infantil matinal los domingos. Su programación diaria y precios módicos lo hizo popular en el barrio de Pescadería-plaza de Pavía-La Chanca. Aquí pudieron ver los jóvenes de la época las películas de Charlot y las del Gordo y el Flaco al módico precio de dos perras gordas. Tenía un modesto patio de butacas y bancos de madera a modo de gallinero que llevaban impregnado en las tablas el olor del zotal. Los domingos, cuando la sala se llenaba y no había asientos suficientes, era habitual que la gente fuera al cine portando una silla de su casa. Antes de convertirse en sala de cine, el Katiuska fue un almacén de barrilería, por lo que hubo que hacer una reforma completa en su interior. La entrada y la taquilla estaba en la fachada principal, mientras que en un costado, tenía la puerta de salida. Por dentro, el salón era estrecho y alargado. Las butacas eran sillas de madera y la pantalla estaba situada al fondo, metida hacia la calle del Socorro. El Katiuska siguió abierto durante los años de la Guerra Civil. Antes de las películas se proyectaban documentales de propaganda que enviaban desde el Ministerio de Cultura de la República. En el verano de 1936, la empresa montó también una terraza de cine con el nombre de Katiuska, junto a la Rambla, a la entrada del puente de la estación. Al terminar la guerra el edificio fue clausurado. Quitaron de la fachada el cartel con el nombre y la bandera de la República y en su lugar pintaron con letras rojas: "Viva Franco". En noviembre de 1939, el cine volvió a abrir sus puertas al público, pero con otro nombre. El Katiuska pasó a llamarse Salón Nacional. La primera película que dio fue Satanás, una de miedo con Boris Karloff y Bela Lugosi. El salón estuvo abierto un año. En 1941 se transformó en un negocio de manipulación de esparto hasta que la familia Oliveros compró el edificio y lo convirtió en un almacén de hierros para sus talleres. Su actividad comercial concluyó de forma definitiva en la década de los 60-70, pasando al olvido.
Imágenes y textos aportados por Severiano Iglesias