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Con fecha 22 de junio de 1917, José Terol Romero solicitó edificar un almacén en un solar de su propiedad situado a espaldas del Casino de Benalúa. El solar, tenía una superficie de 340m2., con 17 m. de fachada, al que terminó sumándose la parcela ocupada por la casa contigua al Casino (nº 7 de la plaza de Navarro Rodrigo) para funcionar como acceso al teatro que sería inaugurado el 1 de diciembre de ese mismo año. Según escribe Ernesto Martín Martínez, desde sus orígenes como nueva barriada Benalúa ha estado siempre ligada al teatro alicantino. La trayectoria escénica benaluense comienza en el Teatro Polo (1893?), evoluciona con el Teatro Campoamor (1901), y se consolida en el Salón Granados (1917). Pero, no será un teatro de grandes producciones y cartelera internacional, pues desde su génesis, más de la mitad de su programación pertenecerá al género chico y las compañías que lo frecuentan estarán formadas por grupos locales. En septiembre de 1924, Terol solicitó autorización para efectuar obras para la construcción de una grada para espectadores siendo preciso para permitir el acceso a la misma la habilitación (ampliación) del solar contiguo (sin edificar) en la calle del Doctor Just, así como de ampliación, para aumentar la capacidad del recinto, adecuándolo para sala de proyección cinematográfica. Con fecha 17 de enero de 1925, las obras fueron aprobadas modificando en su ejecución el singular remate del edificio original para instalar en su lugar la cabina de proyección cinematográfica. La actividad del Granados no cesó durante la guerra, ya que las compañías locales alicantinas seguían representando obras en los años 40. Se tiene constancia de un lleno absoluto el 21 de marzo de 1946, día en el que se celebra en Alicante la Misión Popular. Poseemos muy poca información sobre este local tras estas fechas. Sabemos que, con el paso de los años, se proyectaron películas en su interior y el Salón Granados pasa a llamarse Teatro-Cine Salón Granados. Otra información aporta que en sus últimos tiempos, cuando hacían cine, pertenecía a los mismos propietarios de los cines Monumental, Avenida y Casablanca, es decir los Martínez Sánchez, que es la misma familia cuya hija se casó con Alberto Closas y que tenían grandes extensiones de terrenos en la Zenia (Playa de San Juan). El Granados se mantuvo en su lugar hasta la década de los sesenta.

Imágenes y texto de Severiano Iglesias