ALDEA DEL REY (Ciudad Real) - IMPERIAL CINEMA

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El Imperial Cinema estaba ubicado en la calle Ramón y Cajal, esquina calle Calzada, y fue inaugurado en el año 1949.

Corría el año 1960, y con tan solo 13 años, Norberto Merino ficha con el “Imperial Cinema”,como ayudante de operador proyectista. El negocio era una empresa de Benito Alcaide y sus hermanos, conocida popularmente como el “Cine de los Benitos”. La Sala tenía dos hileras de 5 butacas en cada una de ellas con un pasillo central. En total 270 butacas, que en un principio fueron sillas de enea y una gran pantalla en el fondo. Tenía un “gallinero” arriba en la primera planta, con el piso de madera donde había unos viejos bancos corridos para sentarse. A la entrada a la izquierda y aprovechando el hueco de la escalera, había una pequeña barra de bar. Al lado del “gallinero” estaba la cabina de Norberto. Éste tenía un viejo tocadiscos para poner música en los descansos. Su carrera “cinematográfica” la comenzó bajo el aprendizaje de su maestro, “José el Electricista”, que era el proyeccionista, y fue el que le enseño los trucos de la vieja máquina de proyectar, una OSSA, que montaba dos pequeños rollos de película, que había que hacer pasar por delante de la lente; siempre con cuidado de que las dos “barras encendidas de tungsteno” que la iluminaban (los carboncillos), no quemaran la película. Eso era como dice Norberto, “cine artesano”. Se proyectaban películas en temporada de invierno y de verano. En invierno se proyectaba por una pequeña ventana, hacia la pantalla del cine de invierno y en verano se giraba la máquina para poder proyectar por otro pequeño orificio hacia la pantalla del cine de verano.

El negocio del cine Imperial pasó a manos de la familia de “Los Nevado” de Puertollano, que explotaba también el cine de Calzada de Calatrava, alternando las películas entre los dos pueblos. Los rollos de las películas llegaban hasta la casa de Laura, en unos sacos de lona que traía la “viajera”. Dentro venía también la cartelera. Unos fotogramas de cartón y un gran póster que se ponía en su fachada de la calle Real. Había cine los Jueves, los Sábados y los Domingos. Este día, incluso había sesión doble, una por la tarde (tolerada) para los chicos y otra por la noche (para mayores). Predominaba el cine del “Oeste” y las películas de “Romanos”. Aunque las de Manolo Escobar, Joselito o Marisol tenían también, mucho éxito. Norberto recuerda una película que debido al éxito que tuvo se proyectó varios días: “El derecho de nacer”, con Aurora Bautista y Julio Alemán. Un emotivo filme mexicano. Pero a Norberto la película que más le gustó fue una de espías, “El Agente 007 contra el Dr. No”, no por ser Sean Connery su protagonista, sino por su pareja, Úrsula Andress. Norberto, vio pasar la transición, ese periodo político, a través del cine. Se pasó de las películas con censura, a las del “destape”. En aquellos años ochenta, llegó el erotismo a las pantallas y tuvo que proyectar la película clasificada “X”, “Emmanuelle”, con gran éxito, sobre todo entre los hombres.

En el año 1.976, se hizo cargo de la vieja máquina, que ya había sido reformada añadiéndole una lente “Cinemascope”, Jesús Ruiz-Beato, el nieto del primer taquillero, que continuó proyectando películas en el Imperial Cinema de Aldea del Rey. Pasarían luego varios aldeanos por la cabina, proyectando las películas, Teodoro Barba el de la calle Sierra (Teodorín), después vendría Paco Torres (el hijo de Ruperta) y por último Aurelio Barba Villanueva. Con él se cerró el IMPERIAL CINEMA, fue su último proyeccionista.

Fuente: José Luis Villanueva Villanueva. https://www.aldeadelrey.es/documentos/Libro_fiestas_2022.pdf

 

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa