Más imágenes

El cine Rialto fue inaugurado en 5 de Febrero de1948 con la película NOCHE EN EL PARAISO. Estaba ubicado en la Calle San José, 177, cerca de la cuesta de Morón, ocupaba el lugar de una antigua vaquería. Era una sala de pocas butacas y pantalla baja. El público era del barrio. La cercanía de dos fábricas importantes, La Zaragozana (todavía en activo) y la Textil de Pina (desaparecida), además de otras factorías menores, madereras y harinera, agrupaban a un proletariado de cierta especialización y aceptable nivel de vida en un barrio de pequeñas parcelas con huertecillos, recorrido por dos acequias que regaban la huerta y movían las fábricas. Las películas proyectadas venían, en su mayoría, de Hollywood, fabricadas a la imagen y medida de una clase media que en España aún estaba en formación. Los EE.UU. de Norteamérica no permitían que otras cinematografías tuvieran espacio. El Rialto, como todos los cines de barrio, vio declinar su clientela en cuanto esta pudo acceder con mayor facilidad "al centro". Las distancias "centro"-barrio perdieron significado, la especulación inmobiliaria y el urbanismo modificaron mucho el entorno, se cubrió la vía del ferrocarril (hasta entonces, una suerte de frontera), y muy pocos se conformaron con ver en el cine de barrio lo que podían obtener antes, y en mejores condiciones. Se comenzó a ir al cine "al centro". Por ello, en octubre 1977, el Rialto se reorientó y lanzó al Arte y Ensayo y la Versión Original con un acusado carácter de compromiso socio-político y de significado inequívocamente cultural. Fueron meses increíbles para un cine de barrio, con proyecciones de películas como "Sacco e Vanzetti" (Montaldo), "El Acorazado Potemkim" (Eisenstein), "La tierra de la gran promesa" y "Las bodas" (Wajda), "Dersu Uzala" (Kurosawa). Además, con la recuperación de la democracia, sirvió de escenario para algún que otro mitin político. De la mano del desencanto y la crisis económica, llegaron las vacas flacas. Películas como "Octubre" (Eisenstein) o "Solaris" (Tarkowski) poco podían hacer ante series policíacas televisivas como "Baretta", o con magazines como "Sumarísimo". La hegemonía norteamericana en la industria del entretenimiento hacía que ante esas películas, de "extraños títulos", de "autores desconocidos", de desarrollo "lento y aburrido", la mayoría de la gente "pasara". Para sobrevivir, en 1984 el Rialto se orientó hacia la exhibición de películas "S" y "X", tal como tuvieron que hacer otros cines de la ciudad (Latino, Coso, Victoria, Venecia, Salamanca, Norte..) Cerró definitivamente unos pocos años después, y en sus locales ahora hay un supermercado.

Colaborador: Paco Moncho