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Así como el cine de verano por excelencia era el Cinemar San Fernando (aunque también hubo otros, el Saltés o el Avenida), el único de invierno era el Cine Pescadores, de Don Antonio Olaya. El Cine Infantil Rimba, también de invierno, fue un experimento orientado, como su nombre indicaba, a los chiquillos y que tuvo una corta vida. Quizá quiso complementar, sin mucha fortuna que yo sepa, la función para niños del Pescadores o competir con ella. En esta, a las cinco de la tarde del domingo pasaban desde las de producción mexicana “Pulgarcito” o “Caperucita Roja” hasta las de Walt Disney: “Peter Pan”, “La Bella Durmiente”, “La Dama y el Vagabundo”, “101 dálmatas”... Íbamos a esas sesiones, pero también a la de las nueve, en la que se podían ver las películas realmente interesantes, de romanos, “Jasón y los Argonautas”, “Los vikingos”; del oeste, “Horizontes lejanos”, “Raíces profundas”, “Flecha rota”; de piratas…

Además de como cine, el Pescadores funcionó también como teatro de variedades. Lo mismo servía de marco para desarrollar concursos de sevillanas que para que actuase el mago Landil o un conjunto yeyé. Al ser días laborables y lectivos, en la sala solía haber muy poca gente. Me gustaba ir a la parte de arriba, donde tenían un dizque ambigú en el que pedía una cerveza que me tomaba fumándome un cigarro mientras disfrutaba de películas como “Alphaville”, “El tercer hombre” o “La dama de Shanghai”. Ahí me aficioné al género negro y policíaco. En aquellas frías y solitarias noches, el Pescadores se convertía en refugio y cinemateca donde vi muy buenas cintas del género, entre las que no desmerecieron las españolas. Aún recuerdo “Muerte de un ciclista”, obra maestra, o la interesante “Los peces rojos”.

Un elemento desaparecido más de aquella Punta Umbría, era local sin lujos, básico, con asientos incómodos e interrupciones para cambiar el rollo. Un cine de pueblo. Pero con carácter, con alma, sin esa irritante impersonalidad y monótono aspecto igual al de todos de los multicines actuales, a los que podrían aplicarse, interpretando la frase en sentido lato, las palabras de Brian de Palma: “La belleza ha desertado de las pantallas”.

Fuente: Felix Morales https://huelvabuenasnoticias.com/2020

 

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa